Un estudio global de la consultora internacional Edelman reveló una menor confianza de las poblaciones en las democracias del mundo y apuntan a los fallidos planes gubernamentales para afrontar la pandemia de Covid-19.
Según el barómetro de Edelman, la confianza pública en los gobiernos que dirigen las principales democracias del mundo cayó a nuevos mínimos por su manejo de la pandemia.
Según el barómetro de Edelman, la confianza pública en los gobiernos que dirigen las principales democracias del mundo cayó a nuevos mínimos por su manejo de la pandemia.
El informe de Edelman concluyó que los billones de dólares de estímulo gastados por los países más ricos para sostener sus economías durante la pandemia no lograron infundir confianza en sus poblaciones.
Por ejemplo, en Japón sólo el 15% de los encuestados cree que estarán mejor dentro de cinco años, mientras que la mayoría de las demás democracias se sitúan en torno al 20-40%. Sin embargo, en China casi dos tercios son optimistas sobre su futuro económico.
Respecto a esta situación, Edelman cree que los niveles de confianza pública más altos en China estaban vinculados con una mayor sensación de previsibilidad sobre la política sanitaria, ya que hay más coherencia entre lo que se dice y se hace.
El crecimiento de la confianza pública de la población en varios estados autocráticos, como en China, aumentó significativamente y no es casualidad. Edelman destacó que las empresas, gracias a su papel en el desarrollo de vacunas y la adaptación de las prácticas en el lugar de trabajo, conservaron fuertes niveles de confianza a nivel mundial. Pero las responsabiliza por otros males.
Richard Edelman, líder de la consultora, explicó que las encuestas, realizadas entre más de 36.000 personas en 28 países durante noviembre, demuestran que “realmente tenemos un colapso de la confianza en las democracias”.
Los mayores perdedores en el último año fueron las instituciones de Alemania, que bajaron 7 puntos hasta los 46, Australia con 53 (-6), Países Bajos con 57 (-6), Corea del Sur con 42 (-5) y Estados Unidos con 43 (-5).
Por otro lado, la confianza de los ciudadanos en las instituciones se situó en el 83% en China (+11), el 76% en Emiratos Árabes Unidos (+9) y el 66% en Tailandia (+5).
Empresas, gobiernos, ONG y medios
Cuando Edelman se refiere a instituciones habla de empresas, gobiernos, ONG y medios de comunicación. Justamente sobre este último punto, reveló que 1 de cada 2 encuestados ven al gobierno y los medios como fuerzas divisorias en la sociedad: un 48% apuntó contra su Gobierno y un 46% contra los medios.
Sin nombrar a la grieta, el informe describió que existe un “círculo vicioso de desconfianza” alimentado por el gobierno y los medios. “Encontramos un mundo atrapado en un círculo vicioso de desconfianza, alimentado por una creciente falta de fe en los medios y el gobierno. A través de la desinformación y la división, estas dos instituciones están alimentando el ciclo y explotándolo para obtener ganancias comerciales y políticas”, afirmó.
Al ser consultados sobre el rol empresario, los encuestados respondieron que las empresas no están haciendo lo suficiente para abordar los problemas sociales: 52% para frenar el cambio climático; 49% para disminuir la desigualdad económica y 46% para una recualificación de la fuerza laboral.
“Vemos una expectativa aún mayor de que las empresas lideren a medida que la confianza en el gobierno continúa en espiral. Pero este no es un trabajo que la empresa pueda hacer por sí sola. Las empresas deben trabajar con todas las instituciones para fomentar la innovación e impulsar el impacto”, subrayaron desde Edelman.
Asimismo, en el Barómetro de confianza de Edelman de 2022 se destacaron otras tres fuerzas que en el futuro socavarán las instituciones y desestabilizarán aún más a la sociedad:
- Dependencia excesiva de los negocios. El fracaso del gobierno ha creado una dependencia excesiva de las empresas para llenar el vacío, un trabajo que la empresa privada no fue diseñada para realizar.
- División de clases de masas. La pandemia mundial ha ampliado la fisura que surgió a raíz de la Gran Recesión. Las personas de altos ingresos confían más en las instituciones, mientras que las personas de bajos ingresos siguen siendo cautelosas.
- Fracaso del liderazgo. Los líderes sociales clásicos en el gobierno, los medios y las empresas han sido desacreditados. La confianza, una vez jerárquica, se ha vuelto local y dispersa a medida que las personas confían en mi empleador, mis colegas, mi familia. Coincidiendo con esta agitación, hay un colapso de la confianza dentro de las democracias y un aumento de la confianza dentro de las autocracias.