Mientras que Argentina vive una profunda crisis económica, con la espiralización de la inflación y la suba del dólar, la deuda que surgió del canje del 2020 (bajo la batuta del saliente Martín Guzmán) sigue cayendo a precios irrisorios. Los bonos que vencen en 2030 valen 19 centavos por cada dólar, los seguros contra default (CDS) están en máximos históricos y el riesgo país oscila los 2.700 puntos. Completamente borrados del mapa.

Esto, sumado a la falta de respuesta a la crisis por parte del oficialismo hace que los inversores crean que es inevitable otro pagadiós.

Y el último que salió a pronosticar la tormenta perfecta fue Bank of America (BofA), que curiosamente actuó como colocador de los bonos durante la reestructuración pasada junto a HSBC.

EL ECONOMISTA

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