En otro día para el infarto, ahorristas e inversores vieron ayer de qué modo los dólares libres trepaban a precios impensados, con los bonos deshaciéndose aún más, un riesgo país que ya se acerca a los 2.900 puntos, con las acciones en una ilusión, volando en dólares pero quedando a la cola en pesos, la ya decidida crisis financiera se siguió extendiendo como una mancha de aceite, comenzando a trabar las transacciones en la economía real, generando carteles de “no hay stock” en un gran números de la cadena de proveedores de los comercios chicos.

La jornada ya se inició caldeada porque la vocera presidencial había indicado el miércoles, de manera muy extraña, que el jueves o viernes se iban a anunciar medidas, en medio de rumores de que podía llegar a determinarse un feriado cambiario e incluso bancario. 

Con eso como base, las cámaras de los movileros de todos los canales fueron siguiendo el paso de todos los funcionarios involucrados, suponiendo que de un momento a otro se iba a llamar a conferencia de prensa para anunciar una batería de medidas importantes, pero eso no ocurrió, hubo apenas algunas decisiones, que para los especialistas fueron algo así como aspirinas, medidas insuficientes, que terminaron provocando un dólar de miedo.

EL ECONOMISTA

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