Al menos siete manifestantes fueron abatidos este lunes en Sudán en una de las movilizaciones más sangrientas contra el golpe de Estado del general Abdel Fatah al-Burhan ocurridas desde octubre, en el contexto de una grave crisis sociopolítica en el país africano.
Desde el golpe del 25 de octubre, 71 manifestantes perecieron. La policía indicó que uno de sus generales fue asesinado con un puñal el jueves por unos manifestantes que, advirtió, serán juzgados en virtud de las leyes de excepción que rigen desde que se decretó el estado de emergencia.
Desde el golpe del 25 de octubre, 71 manifestantes perecieron. La policía indicó que uno de sus generales fue asesinado con un puñal el jueves por unos manifestantes que, advirtió, serán juzgados en virtud de las leyes de excepción que rigen desde que se decretó el estado de emergencia.
La violencia se prolongó durante toda la tarde del lunes. Los incidentes eran particularmente severos en las inmediaciones del palacio presidencial, el antiguo cuartel general del exgobernante Omar al Bashir, que dimitió en 2019 desbordado por las protestas en su contra y en la actualidad es la sede de las autoridades de transición, en manos de Burhan.
En Omdurmán, grupos de manifestantes quemaron neumáticos y levantaron barricadas para cortar las carreteras, y en Jartum Norte miles de ciudadanos salieron a las calles gritando: “¡Los militares al cuartel!” y “¡Ya no hay vuelta atrás!”. Las manifestaciones son duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad, que, según denunció la Organización Mundial de la Salud (OMS), también suelen atacar a heridos y médicos en los hospitales, consignó la agencia de noticias AFP.
Los manifestantes perciben el golpe como una forma de retorno al régimen de al Bashir, de corte islamista, que estuvo en el poder durante 30 años en este país del noreste de África, que desde su independencia hace 66 años prácticamente solo ha conocido gobiernos militares. Además, el ex primer ministro Abdalá Hamdok, rostro civil de la difícil transición, renunció a principios de enero.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) está intentando organizar una mesa de diálogo para impulsar una transición democrática.