Con más presión del oficialismo sobre la política y la justicia (como el intento de eliminar las PASO y el trámite iniciado en el Senado para ampliar la cantidad de jueces para la Corte Suprema), los inversores locales volvieron a repetir el mismo movimiento que realizan desde hace rato: abandonar todo lo que tiene que ver con el Estado (como los bonos y el peso argentino) y siguen tomando posiciones en acciones y en activos dolarizados.

Desde muy temprano cruzó a todos los negocios el rumor de que el viceministro Gabriel Rubinstein está preparando para Sergio Massa un nuevo esquema cambiario, que en principio se quería inaugurar en noviembre, pero como la mala reacción del mercado se va precipitando a gran velocidad y ahora se dice que la reforma del sistema cambiario no se hará en noviembre sino a partir del 1° de octubre, es decir dentro de diez días.

Por supuesto, no hubo ninguna confirmación oficial sobre esta posibilidad, pero tal como se viene diciendo desde mediados de mes se iría a un esquema desdoblado, con una suerte de dólar comercial y otro financiero. Por ejemplo, se especula con que el dólar oficial pasaría de $145 a $20, que el dólar ahorro subirían 40%, con dólar soja permitido hasta $200 y con el dólar tarjeta a $360,  para que todos los que viajen al Mundial no vacíen de reservas al Banco Central.

EL ECONOMISTA

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