Como si se tratara de la pandemia de este momento, en todas partes la gente trata de sacarse el dinero en efectivo de encima con gran rapidez, comprar lo que sea, cosas o inversiones, pero la confusión es tan grande que el movimiento está mostrando una volatilidad pocas veces vista, con bajadas, subidas y nuevas bajadas a lo largo de una sola rueda de negocios.
En realidad, lo que tiene en vilo a ahorristas e inversores está enfocado en dos bitácoras: entender en qué momento va a empezar a aflojar la inflación mundial y hasta qué punto se puede esperar una recesión, y sobre todo de qué profundidad, y con qué efectos secundarios aparejados, ya que se teme a que haya despidos, problemas de pagos en muchas empresas y eventualmente también pueden aparecer quiebras que dejen a muchos atados de un pincel: de ahí que las palabras “dañados” o “heridos” abundaron ayer en varios informes de inversión.
El faro que más mueve el dinero grande está ligado, por supuesto, a lo que ocurre con la Bolsa de Nueva York, que vive una pulseada entre la recesión que está por venir y la suba de tasas de interés que la Fed amenaza mantener.