En una de las ruedas más volátiles de los últimos tiempos, los mercados de aquí, allá y todas partes fueron sacudidos con variaciones histéricas, en las que por momentos hubo subas y bajas sucesivas de más menos 20%, todo con algún resabio de la elección de medio término de EE.UU., pero fundamentalmente con datos inflacionarios y laborales de ese país, que dejaron a todo el mundo enloquecido.

Centralmente, considerando primero la variación de los precios al consumidor, la economía norteamericana tuvo una suba del 0,4% en octubre, inferior a la esperada, por lo que la variación anual cedió hasta el 7,7% anual, por debajo del 8,2% de septiembre y del 8,0% esperado. Y al mismo tiempo, conocidos los despidos masivos en las empresas tecnológicas, también se difundió el dato del pedido de ayudas por desempleo, y se mostró que ese número volvió a crecer, ya que hubo 225.000 solicitudes, 7.000 pedidos más que en la medición anterior de 218.000 reclamos.

Como si se tratara de dos pinzas, el IPC en baja y los pedidos de ayuda en alza, convencieron a los inversores altamente especulativos de la Bolsa de Nueva York que el titular de la Fed, Jerome Powell tendrá que bajar su presión con la veloz suba de tasas que viene aplicando desde hace meses, al pasar la tasa corta de 0,5% a 4% anual. Hasta el martes los pronosticadores estaban divididos, el 75% creía que subiría la tasa otra vez en diciembre en medio punto y el 25% en 75 puntos básicos. Y ahora el 25% cree que el aumento será de un cuarto de punto y el 75% estima que el aumento será de medio punto. 0,5%. Y semejante estimación hizo que la Bolsa de Nueva York tuviera la mayor suba diaria del año, al tiempo que el dólar global en general bajó, aunque no en todas partes.

EL ECONOMISTA

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