Con un Banco Central que tiene dos caras, por un lado suma reservas gracias al dólar soja 2.0 y por el otro hace crecer más la deuda en leliqs, el mercado financiero local se va preparando para los tiempos que vienen. Ayer el dólar blue bajó por fin de mes y por pequeños ahorristas sin dinero para hacer compras de almacén, pero los dólares financieros volvieron a repuntar, porque los primeros pesos frescos, recién salidos de la maquinita para comprar los porotos de los silos, empezaron a buscar su nuevo destino.

Al mismo tiempo, el dinero que está encepado en los inversores institucionales (fondos de inversión, creadores de mercado, compañías de seguros, etcétera) sigue abandonando lentamente las posiciones en pesos y como no tiene demasiadas alternativas está comprando acciones y bonos argentinos, bajo estricta vigilancia de la Afip y con la CNV advirtiéndole a las Alyc que le ponga un poco de mesura a las operaciones con los dólares MEP y CCL, y especialmente con el Senebi, por donde se fugan fondos un poco más escurridizos.

Esta situación se da con los que conocen el mercado en profundidad encendiendo las alarmas. Ya quedó evidenciado el lunes en la licitación de bonos en pesos, y también ayer en la licitación revancha, que no hay interés en los privados en tomar más deuda en moneda local. Lentamente se van acortando los tiempos, las primarias se celebrarán dentro de 36 semanas, hay un muro gigantesco de deuda impagable, y los que tienen papeles en moneda local se bajan porque no quieren quedarse arriba del tranvía si el mercado es el que termina haciendo el ajuste y obliga al Gobierno a hacer otro reperfilamiento o default de la deuda en moneda local, tal como hizo Macri pocos meses antes de que la dupla Fernández-Fernández asumiera su turno en diciembre de 2019.

EL ECONOMISTA

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