El empoderado de última instancia Sergio Massa enfrentará hoy dos test decisivos, con más de lo mismo, repitiendo todo sin cesar para que el Rodrigazo sea en cuotas: tras el dudoso esquema de Precios Justos, realizará una nueva licitación para colocar deuda en pesos y lanzará el dólar soja 2.0 a $230 por dólar (59% más que los $145 que pagó hasta el viernes).

Massa está enfocado casi con desesperación en cumplir con las metas con el FMI. Un equipo del organismo estuvo en Buenos Aires de manera presencial revisando todos los números y como hubo dudas, el equipo económico viajará a Washington para que sigamos intubados a los Derechos Especiales de Giro (DEG) del organismo. Si la auditoría se aprueba (después de apoyar al brasileño Ilan Goldfjan para que sea titular del BID, con el mexicano AMLO más enojado por eso que por la derrota en el Mundial), el BCRA recibirá US$ 3.900 millones en DEG, que son un toco y me voy, ya que son dólares que entran, y se van en pagos inmediatos al propio Fondo, en una operación prácticamente contable.

Mientras eso sucede, a Massa le vencen este lunes bonos en pesos dejados por el ex ministro Guzmán (que ahora critica desde afuera, lo que él mismo dejó) nada menos que $269.000 millones, y casi toda esa suma está en manos privadas, que quieren seguir el camino que está haciendo el Fondo Templeton, que con cada vencimiento retira los fondos, compra contado con liquidación y los fuga, se va del país, sin pensar siquiera en volver, después de haber perdido una millonada de inversión, porque Argentina volvió a defaultear, a canjear la deuda por novena vez, rompiendo todos los contratos.

EL ECONOMISTA

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