El próximo 28 de enero se celebra el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2 con el objetivo de crear conciencia sobre la disminución de gases de efecto invernadero y su incidencia en el cambio climático.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó este día para tomar decisiones en beneficio del cuidado ambiental y para impulsar el desarrollo y aplicación de políticas de reducción en emisiones de gases.
En 2016 Argentina firmó el Acuerdo de París asumiendo su compromiso con la agenda de cambio climático. En 2020, el país redobló este compromiso y plantea una estrategia basada en el desarrollo sostenible e inclusivo con el objetivo de no exceder la emisión neta de 483 millones de toneladas de dióxido de carbono en el año 2030.
La industria de la construcción es una de las actividades que más emisiones de CO2 produce y es por ello que en los últimos años el sector fue tomando cada vez más conciencia de la importancia de avanzar hacia una arquitectura sustentable que permita la descarbonización.
La huella de carbono de cualquier infraestructura se compone de dos partes: el carbono embebido y el carbono operacional.
El carbono embebido durante los procesos de desmantelamiento, demolición o rehabilitación se denomina carbono embebido residual. Para reducirlo, es necesario utilizar el máximo número de materiales reciclados (y reciclables). Por otro lado, con el fin de evitar la fabricación de nuevos materiales y la generación de residuos, se deben usar piezas fáciles de desmontar.