¿Puede una ONG o una fundación obtener cerca de US$ 1.000.000 para su crecimiento en el mercado financiero argentino? Si alguien formulaba esta pregunta hace unos años, pocos se hubieran animado a decir que sí. En 2022, esto sucedió: Sumatoria, una asociación civil que promueve el financiamiento de impacto, obtuvo ofertas por más de $1.400 millones a través de una emisión de una ON3 respaldada por distintos bancos.

A nivel global las finanzas sostenibles crecen de forma acelerada: en 2022 ya se rompió la barrera de los US$ 3,5 billones, según Climate Bond Initiative, y las proyecciones de esa organización dicen que llegará a los US$ 5 billones en 2025.  De esta forma, impactan y reformulan todo el sistema económico y productivo. Los entes reguladores, organismos internacionales, los bancos y los fondos de inversión están adaptando gran parte de su actividad en este sentido, implementando normativa, herramientas, instrumentos que permitan canalizar fondos a los proyectos que contribuyan con el desarrollo sostenible. Todos quieren subirse a la ola.

Esta es una excelente noticia. El sistema económico actual creó condiciones favorables para el avance de empresas y proyectos de acuerdo con valores de sustentabilidad. Esto se da de forma natural: los actores se involucran por sus convicciones y porque ven retribuciones económicas reales. Van otros dos ejemplos para retratar el fenómeno. 

EL ECONOMISTA

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