Comenzó febrero y la Reserva Federal de EE.UU. confirmó lo que todo el mercado esperaba. Después de aplicar en la tasa corta norteamericana durante el último año y medio cuatro subas seguidas de 75 puntos básicos y una última de 50  ayer finalmente elevó ese indicador clave en sólo un cuarto de punto hasta 4,75% anual, y los mercados -que habían arrancado con bajas- finalmente terminaron en Wall Street con subas, con alivio.

En Argentina mientras tanto, uno de los semáforos que más asusta a la comunidad, que es el precio del dólar libre, también se movió generando distensión, ya que las cotizaciones del MEP, el CCL y sobre todo el blue finalizaron todos hacia abajo. Los puntos oscuros del día estuvieron ligados a los títulos argentinos, acciones y bonos, que volvieron a mostrar apatía, con más pérdidas de reservas en el Banco Central. Y con un dato inquietante: el saldo comercial con Brasil fue otra vez negativo en enero, lo cual plantea que el esquema de política económica de Massa – Rubinstein logra postergar la bomba, pero está terminando con la única fuente genuina de dólares que le queda al país.

Haciendo un recorrido de mayor a menor, la gran tranquilidad que se profundizó en Wall Street se concretó después de la habitual conferencia de prensa que dio Jerome Powell tras la confirmación de la suba de tasa. Y no sorprendió en absoluto porque sigue con su lento y persistente discurso, advirtiendo al mercado con voz muy baja, casi inaudible: “entiéndanlo, esta suba de tasas es más baja que las anteriores porque vemos que la inflación ha retrocedido algo, pero el empleo sigue muy firme y las subas de tasas van a seguir”.

EL ECONOMISTA

Más noticias